Muchas soluciones sostenibles fundamentales para luchar contra el cambio climático -desde las infraestructuras de energías renovables hasta los vehículos eléctricos- dependen del cobre. El metal por sí solo no puede ser la solución, por lo que la ICA y sus miembros trabajan para garantizar que las prácticas ambientalmente responsables y las tecnologías de energía limpia estén en el centro de la cadena de valor del cobre.

La vida del cobre es infinita y no tiene una fase final. Una vez extraído, puede reciclarse una y otra vez sin perder sus propiedades, lo que hace que el cobre sea fundamental para construir la economía circular. De hecho, un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) muestra una cantidad significativa de cobre que se utiliza en muchas tecnologías clave de energía renovable, como las turbinas eólicas en alta mar y los paneles fotovoltaicos.